martes, 5 de mayo de 2015

Informe

¿Formación silvestre o formación asistida?

(Por Ornella Mariani)

La formación natural de un futbolista define su estándar dentro del grupo funcional de los innatos. Espontánea y natural, es la raza del individuo que se desarrolla desde su incursión en la disciplina en la que se puede apreciar con simpleza sus cualidades. Lo diferencial de este tipo de jugadores es su forma artesanal de desenvolverse dentro del campo de juego manifestando una belleza imponente en sus trazados, una consecuencia de la naturalidad con la que ejercen cada moviendo individual y cada acción para el complemento colectivo. Una consecuencia del talento.

En cada rincón de tierra se puede observar un balón recorriendo el cuadro entre la polvareda, esta situación tan típica es la formadora esencial de los talentos cotidianos, el potrero. Esa cotidianidad sirve para definir el fútbol de los individuos que reciben una estimulación temprana y despiertan su genética para relucir su ADN, el ADN de los innatos, aquellos indisciplinados que desde su rebeldía marcan un punto de partida distintivo sobre el grupo común de futbolistas. Aquellas cualidades conciernan en su habilidad técnica en velocidad, capacidad de creación, cambios de ritmo y dirección, agilidad, velocidad en la reacción y resolución mental para el desencadenamiento motriz. Que además son adornadas con ramificaciones como una gambeta, un lujo, alguna jugarreta, diferentes formas de golpear el balón y otros rasgos de semejanza. La personalidad  también es fundamental, la seguridad, confianza, el carácter. La aptitud física y la contextura física utilizada como un recurso. Estas características son el puntapié inicial de aquella semilla existente y  genérica, que se riega constantemente a través de la motivación.

El coordinador de fútbol de San Martín de Burzaco Gustavo Marmol admitió: "Creo en la formación espontánea, la formación silvestre, la formación del potrero, la que hoy ya no se manifiesta porque no están dadas las condiciones, ya que para que se produzca, es necesario que los chicos jueguen todos los días 5 o 6 horas al fútbol durante muchos años, hoy esa realidad en nuestra sociedad no se da por diferentes motivos contemporáneos que no lo permiten. Entonces verificando esto, el profesor Vitor Frade, creador de la Periodización Táctica, buscó ejecutar un programa que en la etapa formativa tuviera como síntesis el que allí en Portugal llaman el fútbol de la calle. El método descarta las tareas fraccionadas, aisladas y analíticas que no estén vinculadas al juego. Proponiendo el principio de Totalidad inquebrantable que rige cada sesión de entrenamiento". También agregó: "Yo creo mucho en ese método, creo que es lo ideal para la formación. Por lo cual, el juego es el que tiene que preponderar en la formación."

La formación natural se genera y regenera a sí misma, de forma constante, desde la espontaneidad de acercarse al núcleo, de jugar sin reglas que se empiezan a armonizar cuando se logra el contacto con la pureza del juego. Aprender de la forma más natural, toparse con situaciones y resolverlas intuitivamente. Así se forma el talento, se conoce y se desarrolla la capacidad de resolución, básicamente de eso se trata jugar al fútbol.  
La dedicación y el tiempo son primordiales, al igual que la inclusión de los sentimientos a la hora de buscar objetivos, es la esencia del amateurismo, jugar por amor. Se aprende desde lo desestructurado, desde la raza del individuo que comienza a entablar sus propias reglas y límites que va asimilando de manera inconsciente y luego los reproduce espontáneamente. El talento es algo que se desarrolla jugando, brindándole al deporte varias horas diarias. No se puede exigir talento porque es algo que el futbolista ha ido alimentando desde sus posibilidades.

En ese sentido, Gustavo Marmol afirmó: "El talento representa la posibilidad de hacer lo que el rival no podrá controlar, defensivo u ofensivo, el talento no se reemplaza, la entrega es un aspecto importante y debemos intentar que convivan con el talento, el orden, la estrategia, y demás condicionantes". 
                                                                                                                        
Cuando un futbolista no cuenta con el tiempo necesario para dedicarle a esta disciplina, se someterá a un sistema de formación estructurado por el entrenador que reúna la mayor cantidad de aspectos posibles de la formación espontánea. Actualmente esta forma natural ha sido desplazada por la demanda que genera en la actividad curricular de un juvenil que tampoco cuenta con esa "necesidad espontánea" de practicar el deporte. Marmol consideró: "Creo que sólo serán un par de décadas, en su momento los europeos vinieron aquí y a Brasil para ver cómo era la formación del joven jugador sudamericano. Y se encontraron con los potreros de Argentina y Uruguay y las peladas de Brasil, donde los chicos jugaban mucho de forma natural, entonces modificaron sus estructuras de trabajo y aplicaron en sus academias, clubes y centros de entrenamiento, métodos diferentes a los que tenían, métodos mucho más jugados y tácticos, desde el 1vs1 en adelante". Además sentenció que "se dieron cuenta que mejor que correr era correr jugando y a partir de allí crecieron, la competencia de calidad logra formar a máxima exigencia. El desarrollo natural está herido pero perdura en el interior, de todas formas, hoy empeora y tiende a desaparecer, el entorno social lo abruma".
En relación a la observación de futbolistas, el ojo de quien lo ve es un aspecto muy importante, porque aquí se concentra una gran tarea, la de poder apreciar en el joven cualidades y proyectar un proceso o un producto terminado. Gustavo Marmol reconoció: "Si hablamos de proyecto terminado refiriéndonos al jugador de inferiores que llega a primera, diría que apuntamos sin duda al producto terminado, el proceso de observar un jugador imaginando todo lo que le podremos aportar, durante cuánto tiempo y en qué condiciones, es importantísimo cuando observamos jugadores".
En las aproximaciones a los bancos de prueba de futbolistas principalmente la tarea se trata de identificar condiciones en un juvenil que influenciado por la enseñanza y la impartición de un estilo a través de la disciplina, el entrenamiento, un seguimiento educativo y de salud puede protagonizar una conversión positiva.
Marmol señaló: "Me es más difícil enmarcar la distancia más cercana, que explicar cuáles son las herramientas metodológicas que mejor resultado otorgan en los bancos de prueba. El poder acceder al historial reciente del jugador (si es que existe), la sesión de prueba del jugador, arribo en horario, actitud general, movimientos en la entrada en calor, partido entre los jugadores de prueba y mucho mejor aún partido contra jugadores del plantel, poder repetir esta instancia durante dos o tres días puede aportar resultados muy cercanos a la realidad del jugador que estamos evaluando. Es aconsejable que el entrenador que realiza la visoria del jugador sea en lo posible aislada, o solo en compañía de alguno de sus colaboradores, y luego de la sesión, recoger opiniones del resto, para no tener interrupciones que puedan distraer los aspectos que cada uno evalúa y descarta". Además destacó: "Prefiero observar lo general, el  jugador como un todo, creyendo que lo puntual es más evaluable a largo plazo".  
La esencia de la formación se fundamenta en no saltear pasos y establecer un seguimiento continuo de aspectos futbolísticos y disciplinarios, y sobre todo trabajar el ánimo y conocer el historial que presenta cada joven. El entrenador de divisiones inferiores de Newell's Old Boys Paolo Galassi argumentó: "Es muy importante tener una visión óptima para el jugador, por ejemplo, en las divisiones inferiores hay jugadores que pueden explotar y desarrollarse antes que otros, pero no quiere decir que sean mejores. Hay que darles tiempo, lo importante es no apurar los procesos, mejorarlo y potenciarlo al máximo y sacarle todo su fruto y exprimir todas sus capacidades. La visión de los formadores y veedores son entrenables a mayor cantidad de partidos que uno ve, en el entrenador pasa exactamente igual, es muy importante mirar fútbol continuamente".
El trabajo comienza con la incursión del niño en el fútbol hasta llegar a la cumbre del proceso que resguarda la consolidación del futbolista.
Gustavo Marmol destacó: "Creo que podría ser cultural lo de la edad, con esta referencia y viendo la realidad de mi país, diría que entre los 6 y 7 años sería ideal, siempre y cuando estén contempladas, cantidad de jugadores, medidas del campo, el balón, de los arcos, de tiempo, etc. De acuerdo a la edad. Sí, hay consolidación, pero depende de cada futbolista, no hay un patrón de edad, es más, hay variables de rendimiento y de entendimiento del juego, significativas en todas las etapas del jugador, incluso en la consolidación." También añadió: "Si el entrenamiento es referido por el juego, se puede entrenar prácticamente todos los días y depende la carga no sólo física sino también la psicológica, se puede entrenar hasta dos horas seguidas, aunque yo prefiero sesiones cercanas a los 90 minutos." 
El director técnico es la voz más importante, el que dice sí o no, el que acepta o rechaza. El que se arriesga dentro desde su conciencia a señalar y elegir y proyectar a un joven dentro de su equipo. Esa es la tarea, es el punto de comienzo. Al respecto, el entrenador Gustavo Marmol resaltó: "Considero de carácter imprescindible que un entrenador conozca muy bien el juego, el modelo de jugador que busca, el proyecto que representa su institución, ya que de allí podrá extraer los detalles cualitativos que conforman su valoración, esos conceptos siempre van a terminar conformando una potencialidad general del jugador proyectado. Como en toda tarea su repetición mejora la calidad del objetivo conseguido, sin embargo también hay profesionales que tienen una gran percepción y se destacan de otros que pudieran tener más experiencia".
Detrás de aquellos profesionales bien plantados dentro de un campo de juego, hay una labor minuciosa y un compañerismo incondicional de los supervisores que acompañaron en el camino del crecimiento. Supervivencia, el concepto de los hacedores, es tan importante que se desarrollan virtudes como la intuición, el olfato y la visión. Estos tres componentes se pueden dilucidar haciendo referencia a su capacidad de resolución, de estar un paso adelante que el resto, de encontrarse en el lugar correcto en el momento adecuado. Marmol señaló: "Que un niño o joven sepa qué hay que hacer, la toma de decisiones ocupa para mí el lugar más destacado, de todos los aspectos observables en una prueba o competencia. Veremos al niño/joven jugar y tomar decisiones permanentemente durante el juego, puede que las tome mal por no entender/saber qué le pide el juego, sin embargo puede lograr ventajas físicas  y/o técnicas que lo ayudan momentáneamente a suplir lo táctico con el riesgo que el día de mañana a igualdad de aspectos que son de más fácil asimilación y al alcance de la mayoría pierda la posibilidad de suplir el aspecto situacional y de decisiones. Por lo cual, en contrapunto, es más valorable para mí el proyecto de jugador que tiene incorporado un buen sentido táctico del juego, con algunas deficiencias técnicas y físicas, que son de más fácil y rápida incorporación cuando sean demandadas". Luego recalcó: "No tengo dudas que la toma de decisiones va un escalón arriba por encima de los demás componentes, sin despreciar a los otros. Mucho menos si el proyecto metodológico contempla entrenamientos sistémicos".
Es importante más allá de enseñar aspectos del juego, tal como una pared, que el aprendíz comprenda lo que significa la responsabilidad de jugar en equipo. Aquella responsabilidad que dentro de este aspecto del juego para dibujar un ejemplo sencillo, es el compromiso de enviar un pase con la precisión necesaria para no comprometer al compañero, sino ayudarlo en lo más posible. De eso se trata, es un conjunto de aspectos relevantes desde todos sus vértices, porque el futbolista tuvo un proceso de aprehensión desde su niñez en la que absorbió los conceptos necesarios para poder complementarlos durante su desarrollo y establecerse en la adultez. Además resulta primordial trabajar desde el aspecto colectivo, conformar un plantel con piezas que encajen lo más lejos de la perfección posible, porque eso es algo que no existe en el fútbol, y buscar un equilibrio. Ni mucho más alto de lo posible, ni más bajo de lo requerido. "Uno puede ir dándole distintas variantes al jugador, inculcarle cosas y hasta ver y descubrir un puesto determinado por las características que el jugador posee, es muy puntual de cada entrenador –afirmó Galassi-. La idea es llevar un plantel adelante por un tiempo bastante largo, para así mantener un estilo y un proceso. Hoy por hoy es muy difícil en el mundo del fútbol, predomina el resultado, y no hay tiempo para trabajar como uno quisiera".
Es importante que el futbolista tenga dedicación al trabajo y más allá del conocimiento que arraigue el entrenador sobre el jugador, es primordial que el propio individuo reconozca sus limitaciones como conoce sus virtudes. Es un punto de partida para focalizarse en los aspectos que necesitan ser mejorados, la perseverancia debe ser una característica predominante. Para citar un ejemplo claro sobre tener conocimiento propio se puede hablar sobre el jugador mexicano Hugo Sánchez, goleador histórico del Real Madrid de España. El delantero contaba con una gran técnica para la definición pero su déficit estaba en los movimientos posteriores al recibimiento del balón. Por eso, la mayoría de sus goles fueron convertidos a un toque. De eso se trata, conocerse para encaminar el mejoramiento. El futbolista depende de sí mismo, de su motivación, de su dedicación a trabajar los aspectos tenues de su fútbol de la misma forma que trabaja para abrillantar aún más sus cualidades. Si el futbolista no está dispuesto a crecer, la formación se desdibuja. Es un trabajo en conjunto, detrás del juvenil hay un respaldo grande. Paolo Galassi reconoció: "Es importantísimo que el futbolista haya pasado por una escuela de fútbol, que haya aprendido lo básico e indispensable que necesita un jugador al llegar al profesionalismo, es importantísimo que sepa desde chico diferenciar un pase con cara interna y cara externa, conducir con ambos pies, tener control orientado, saber cabecear con ambos parietales, y después lo más importante de todo es que podamos explotarlos al máximo en cada una de sus etapas y edades, no apurar los procesos y tratar de mejorar al chico en todo sentido, la parte pedagógica juega un papel importantísimo en esto".
El futbolista incursionará en un proyecto formacional en el cual desarrollará ejercicios para los aspectos básicos del juego pero no desarrollará talento. Podrá finalizar con éxito el proceso de mejorar su técnica, ser eficaz y preciso en un pase pero no desarrollará la habilidad intuitiva y la velocidad de reacción-pensante para emitir un pase en el momento adecuado durante un partido ajustado y con una marca encima. El futbolista ensayará jugadas de todo tipo y de manera reiterada. Quizás de cien envíos de balón podrá conectarse correctamente con un porcentaje discreto pero lo que no puede resignar es la búsqueda, debe ir a todas las pelotas, ese es el espíritu, porque si él no lo hace nunca se va llegar al gol y eso es por lo que subsista el juego. Gustavo Marmol indicó: "El método analítico formó y forma jugadores limitados, poco valientes, de poca inventiva, las tareas aisladas en cantidad abrumadora de repeticiones, formaron jugadores con pocas posibilidades de resolución. La falta de los enganches, los delanteros habilidosos y de escasa talla fueron reemplazados por jugadores muchos más aplicados en el orden y el esfuerzo. Se les enseña a pasar la pelota, pero como se enseña fuera de contexto de juego, luego le es de difícil aplicación durante el partido".
Es importante incluir en el desarrollo la competencia, aprender de la pureza del juego. Gustavo Marmol contempló: "La competencia no es un método de formación, la competencia es una parte importantísima de la formación, de imposible reemplazo, contiene partes psicológicas de imposible recreación en un entrenamiento, por bueno que este sea. Cuando me ha tocado recorrer el interior del país dictando capacitaciones a entrenadores, me he encontrado que el inconveniente más importante que tienen es la competencia, tienen jugadores que se destacan, pero no tienen cantidad, entonces las ligas regionales no poseen el ingrediente importante que sí tiene el fútbol infanto/juvenil de Buenos Aires, por eso los clubes de las capitales cada vez se traen los chicos a edades más tempranas, para vivir porciones muy importantes de su vida lejos de sus familias. Esto trae desarraigo y, con ello, muchas veces el final de ese proyecto donde tantos pusieron mucho de sí, el club de origen, el club de Buenos Aires, la familia y por sobre todo el jugador, el niño". Luego reincidió: "Sin lugar a dudas la competencia sin ser un método de formación, es parte destacada e irremplazable de la misma. La competencia presenta a sus protagonistas un factor extra psicológico, esa resiliencia que compone la presión de tener que lograr objetivos para sentir la aprobación, ese miedo a sentir la desaprobación, compone rasgos que el jugador irá moderando con el correr de los años de competencia".
Un aspecto importante sobre la competencia es cómo abordarla en las edades tempranas, cómo repercute en los niños y en su entorno. Paolo Galassi explicó: "La competencia es buena y a su vez mala, es importante que el chico se divierta dentro de la cancha y no cargarlo de presiones, por parte de su DT y sus padres, pero también hay algo importante que es que el jugador tiene que aprender a ganar y no acostumbrarse al 'da lo mismo'”. También recalcó: "Ese hambre de gloria de a poco se lo tenemos que ir inculcando, que sepa lo que es triunfar y con eso evitará y asimilará mejor las derrota".
El mercado del fútbol actual compone una demanda constante de futbolistas, los procesos de formación son primordiales para que el juvenil esté capacitado para insertarse en el profesionalismo. Marmol señaló: "Somos una región de exportación de jugadores de fútbol y eso significa que en algunas oportunidades debuten chicos que aún no deberían hacerlo, pero no pasa tan a menudo como lo imaginamos. Los jóvenes hacen un largo recorrido en inferiores e infantiles como para que un joven con edad de 5ta o 4ta. División pueda adaptarse rápidamente el fútbol de Primera. Mucho depende de su estado emocional, de quiénes asistan a los pibes en tal sentido". También mencionó: "Uno de los inconvenientes más comunes pasa cuando un pibe de inferiores sube para entrenar con Primera y al poco tiempo por diferentes motivos (a veces no de rendimiento) bajan nuevamente a su división de inferiores, eso los pibes lo pueden tomar con un gran paso atrás, entonces hay que estar muy atentos a trabajar con esos aspectos para que el jugador no regrese a juveniles con mal estado de ánimo y si lamentablemente ocurre, tener herramientas para modificarlo".
El aprendiz es sometido a una estigmatización cultural que entorpece ciertos aspectos que están conectados con el fútbol y una salida económica. Dentro del marco de la formación hay que separar un punto que tiene que ver con el trabajo pedagógico sobre el joven acercándolo a una situación más real sobre su presente. Por otro lado se encuentra la presión de los familiares y de las instituciones que ven un negocio altamente redituable en estos juveniles. El director técnico Paolo Galassi argumentó: "El fútbol argentino se transformó en un comercio de jugadores juveniles, y algunos clubes grandes de Europa buscan talentos chicos de entre 9 y 11 años para llevárselos a los equipos más poderosos. Yo siempre digo que es una locura sacar a un nene de esa edad y separarlo de amigos, familiares, y cosas indispensables para el crecimiento, pero lamentablemente hay muchísimo dinero y cosas en juego que muchas veces juegan con la desesperación de los padres y los distintos clubes. Muchas veces los padres pecan de ignorantes y no logran entender esto y quieren salvarse con el chico lo antes posible". Además sentenció: "Ahí está el gran error, que uno ve al chico que se va a Europa y lo ficha un grande y el día de mañana triunfa. Pero no vemos esos miles y miles que van y vuelven y luego acá terminan frustrados por todo lo que se les prometió, y terminan jugando en ligas menores".
La búsqueda de jugadores talentosos pone en vista de tierra fértil a Argentina, que históricamente brindó al fútbol nacional y mundial cultivos de primera calidad extraídos de su semillero. Pero el semillero ha sido impactado por asuntos externos que afectan puntualmente al juvenil. Los residuos del capitalismo han afectado en las diferentes zonas del país. El entrenador de la institución rosarina manifestó: "Talentos nacen día a día, jugadores buenos hay por todos lados, cabe decir que si hay regiones que uno puede captar muchos más jugadores con condiciones que otras. Un gran problema siempre fue la nutrición en el fútbol, muchos jugadores traídos o vistos por distintos clubes con condiciones futbolísticas extraordinarias, se ve opacada por la mala alimentación y condiciones precarias en la que viven”. Luego marcó: "Es por eso que hay muchísimos casos en clubes del fútbol argentino que traen chicos del interior a las pensiones y ahí tienen que arrancar de cero, porque esos chicos hacían la diferencia futbolística en sus ciudades y al encontrarse con jóvenes con una buena contextura física, ya trabajados y con una buena alimentación en su vida, les cuesta mucho más".
El fútbol es infinito para tratar de connotarlo y definirlo. Se puede intentar impartir control sobre el juego, pero si hay algo más que claro es que es totalmente impredecible y sobre las reglas básicas siempre hay excepciones. Dentro del margen que enmarca al deporte, los entrenadores y los futbolistas son el núcleo principal, los protagonistas. Un director técnico encaminará un proyecto que intentará desarrollar con la búsqueda de un objetivo, implementando sus métodos. Se someterá a una tarea de gran volumen donde la interacción y el manejo con sus aprendices serán primordiales a la hora de impartir una figura de liderazgo y seguridad. El entrenador pone en sus manos la responsabilidad de formar como jugador y también como persona al infante o joven que ponen bajo su responsabilidad. El DT Paolo Galassi admitió: "Creo que el fútbol es fútbol siempre, en todas partes, en todas las categorías, desde un nene de infantiles hasta un jugador profesional, repito que hay que respetar cada etapa de la vida y que el jugador de a poco se vaya formando con gente profesional, no sólo como jugador sino también como persona, es por eso que es importante que termine sus estudios, que trate de capacitarse lo que más pueda, porque no todos llegan y los que se quedan en el camino tienen que saber que después del fútbol, hay vida".
Al maestro le da placer enseñar y el mundo del fútbol mantiene su pureza por el sentimiento de quienes lo componen. El coordinador Gustavo Marmol reconoció: "Siempre cuando hay objetivos por alcanzar, uno puede tomar como exitosa o negativa su tarea y la del conjunto. En inferiores o infantiles hay objetivos de largo alcance, son procesos largos, se necesita ser muy cuidadosos con las euforias y las desazones por los resultados que se dan durante la competencia de infantiles y juveniles. Para promocionar, potenciar y consolidar jóvenes para el fútbol de Primera, se necesitan años de tarea. La labor estará vacía de éxito si se dejó ir un jugador que se vino a probar al club y con los años se destaca en otro club, si no se logra promocionar jóvenes futbolistas, si la estructura de trabajo no crece o se empobrece con los años, será tomada nuestra labor como vacía. Si logramos lo contrario estaremos cerca del éxito".
Luego concluyó: "El redito es el día a día, poder disfrutar el recorrido, ser feliz trabajando en lo que amamos, sentirnos valorados por cobrar por nuestra tarea, que los jugadores nos quieran, nosotros también lograr quererlos. El rédito está en ser parte de este maravilloso mundo del fútbol, algo que sólo es para algunos. El rédito está dado de antemano".

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