sábado, 23 de mayo de 2015

Informe

INTRODUCCIÓN AL DEPORTE EN LOS NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN



(Por Ornella Mariani)
 
El deporte siempre ha sido un generador de relaciones humanas por naturaleza y un conjugador de la capacidad intelectual del individuo que se percibe a través de la motricidad, que actuando en conjunto entablan una relación total de dependencia. La mente y el cuerpo son uno y es necesario que ambos estén en su justo medio. Abocarse al deporte genera en el individuo una capacidad de resolución más ágil que le permite sobrellevar situaciones de la vida con más naturalidad. El deporte es un factor indesechable para cualquiera, y así lo es para los niños y jóvenes con Síndrome de Down. La práctica de una disciplina es una de las maneras más viables de desarrollar su cognitivismo y su capacidad de ambientación.
La enseñanza es un método muy importante, familiarizar al niño con los elementos y la disciplina, principalmente que reconozca para luego asimilar la actividad. El Síndrome de Down se percibe en una persona a través de su parte física, en su apariencia, pero el déficit está en la parte intelectual. El niño debe tener conocimiento de su cuerpo, de sus alcanzes y así podrá automatizar un movimiento para ejercer una disciplina. La estimulación desde temprana edad marca una gran diferencia, un niño que ha recibido un trabajo de acompañamiento por profesionales y familiares desde sus primeros meses de vida tendrá otra predisposición hacia la práctica, será más sencillo trabajar sobre su dominio porque está estimulado.
El deporte tiene una capacidad pura y es la de generar vínculos, un niño que permaneció en un ámbito de estímulo constante, en el cual se lo introdujo en la vida social con naturalidad, le costará menos entablar relaciones. Los niños a través del divertimento pueden conformar grupos para interactuar fuera del seno familiar.
El idioma del cuerpo es noble: poder abrazar, reír, llorar, saltar, bailar y moverse con insinuaciones emocionales le permite a las personas con discapacidades comunicarse. Porque el cuerpo humano permite hablar sin necesidad de utilizar las palabras. La maquinaria humana contiene en su todo un equilibrio necesario para poder manifestarse ante las diferentes situaciones, el cuerpo humano es un depósito infinito de recursos que se alimentan a través de la estimulación y de la descarga mental y corporal.
El estímulo es la razón por la cual los seres humanos incentivan su capacidad mental para luego proyectarla a través de la motricidad, el cuerpo es la parte estética de la función mental ya que permite al individuo manifestarse hacia el afuera. El cuerpo realiza lo que la mente conjuga. Es imposible no idealizarlos juntos. La referente del programa familias de las Olimpiadas Especiales de Rosario, Patricia Feito, argumentó: "Yo siempre digo que no hay grados en el Síndrome de Down sino que depende del estímulo que el chico recibe. El Síndrome de Down, salvo que haya patologías asociadas, son todos iguales, depende del estímulo que reciba. La primera etapa de estimulación que abarca los primeros tres meses de vida, se realiza con una psicomotricista mediante masajes y también con el chupete generando movimiento en la boca, ya que una característica del Síndrome de Down es que tienen una lengua más grande y el paladar más hundido lo que hace la parte del habla más dificultosa. Es importante que la familia conozca las ejercitaciones para trabajarlo constantemente con el niño. También se utilizan juegos, muchos colores, se busca fijar miradas". Además, agregó: "Otra cosa que puede pasar si no se realiza todo esto es que se desarrolle el autismo. El nene está bien si su entorno está bien, porque hay que tener ganas de hacer la ejercitación, de salir con él. Sino el nene se va quedando en su mundo, se retrae. Hay que acoplarlo a la familia, mostrarlo. Después se trabaja toda la ejercitación para comenzar el gateo, pero nunca se va a lograr que la edad cronológica vaya con la motricidad, siempre es un poco más atrás. Por ejemplo, un nene convencional comienza con el gateo a los seis meses y a caminar aproximadamente al año. Los niños con Síndrome de Down comienzan con los gateos a partir de los nueve meses y a caminar por lo general a partir de los 3 o 4 años. Su motricidad es mucho más lenta aún sin estimulación, es cosa de todos los días. La ejercitación para el comienzo a caminar es igual a la de todos los niños, si se lo coloca en un andador puede que comience a caminar antes pero no se logrará fortalecimiento. Estos trabajos se realizan hasta que comienzan a caminar".
A un niño con Síndrome de Down, con una discapacidad intelectual, hay que exhibirle el campo de la vivencialidad deportiva a través de la presentación de posibilidades, desarrollando su percepción para producir el encuentro, ya que no es capaz de generarlo. La aparición de una disciplina deportiva en la vida del niño otorga la sensación de sentirse lógico a través del descubrimiento y útil a través de la práctica. El deporte contribuye de una manera muy importante al desarrollo cognitivo, lo hace más didáctico, porque la práctica deportiva otorga una capacidad de resolución que no se haya en otros campos. Es el componente fundamental para la preparación mental y física. El cuerpo es la carta de presentación, la postura, rigidez o soltura, el dinamismo y la condición denotan el estado mental de la persona, es un reflejo del estado general, un manifiesto. El deporte rompe con las barreras psicológicas y contribuye a la integración humana. A través de la adquisición de habilidades físicas el niño se comienza a sentir más integrado. Hay un desarrollo ético que se genera desde algo tan fundamental como compartir espacio e integrar el mismo grupo humano. Convivir en el ámbito deportivo le permite al niño fundirse y complementarse con sus compañeros, un aspecto a destacar es el manejo de la inclusión a la hora de la formación de grupos de trabajos. La inclusión en este caso se refiere a la creación de grupos para los entrenamientos deportivos en los que el niño con Síndrome de Down comparta con sus iguales pero también con los niños convencionales.
La profesora de educación física Analia Tani explicó: "Yo creo que hay que lograr que el chico sienta que hace algo que lo compromete y después ir incluyéndolo, de a poco ir matizando, por eso es importante que tengan los dos grupos, los pares y los convencionales. El chico para mí tiene que hacer los dos deportes, el individual por un lado, que favorece en la parte de su personalidad, y en grupo para la parte social. Cuando vos tenés conocimiento sobre las características del chico ahí comenzas a intensificar más el trabajo. Por ejemplo, si el chico no está sociabilizado hay que tratar de no seguir metiéndolo en una disciplina individual sino con trabajos personalizados ir incorporándole un grupo, de a poco, de a un compañero, para que no sienta que hay un montón de niños de repente a su alrededor. Es lo mismo que le pasa a un niño a los tres años cuando empieza el jardín, la comparación más adecuada es esa". Además, Tani reconoció que "hay que destacar que los chicos no hacen desigualdades, los adultos las hacen. Los chicos a través de los gestos y del juego son todos idénticos".
El camino hacia la inserción deportiva comienza desde un núcleo vital que manifiesta la conjugación vivencial que contiene el deporte. La duda genera en el niño el acercamiento a los elementos específicos que se utilicen en la práctica que va a abordar. El acercamiento es un punto muy importante porque demuestra un cierto grado de interés, algo tan humano como descubrir lo que no se conoce. El niño va a comenzar la interacción con los elementos y deducirá de qué manera se utiliza manipulándolo. Su instinto y su inocencia lo llevan a la búsqueda de ejercer un dominio sobre el elemento. Que un niño interactúe desarrolla su conciencia periódica, es decir que su curiosidad es un motor y los profesionales deben dejarla actuar y luego delimitarle las partes técnicas. Los deportes son interesantes desde el punto de vista funcional debido a que muchas de las actividades diarias requieren de destreza corporal. Correr, saltar, agacharse son movimientos que se ejercen cotidianamente y su incorporación conjunta en una práctica deportiva permite una mejor canalización.
"Primero existe el reconocimiento del chico con el elemento, hay que dejarlo que haga toda la investigación del mismo, si le pega con la mano o con los pies, con derecha o con izquierda. También hay que tener en cuenta que para cada patología se aplica una disciplina, generalmente los deportes que se dan son atletismo y natación, y después fútbol, hockey. Pero básicamente se engloba en la disciplina madre del deporte que es el atletismo, porque tenes que lanzar, correr, caminar, es un eje. Y de ahí si vos me decís que por ejemplo lo queres inducir al fútbol, ahí se le da la pelota, se le muestra la cancha, es importante hablarles como si ellos entendieran todo, porque después llevado a la práctica es más fácil. Hay deportes que son ejes. Después existe la adaptación al deporte, cuando hay una discapacidad se fortalece la otra. Como la parte motora por ahí es complicada se adapta el deporte a las posibilidades, y eso es fundamental", consideró Analia Tani.
La naturaleza deportiva se aloja en la capacidad de resolución del individuo, que en cierto grado se destacan aspectos como la intuición y la percepción. La canalización de un concepto para luego llevarlo a la práctica requiere de un trabajo de ejercitación mental para el entendimiento que luego se manifiesta a través de la motricidad. Esto otorga un gran sentido de orientación a la hora de la reflexión y programación antes del acto, se ejerce una memoria motriz. La búsqueda de la aprehensión es un trabajo de mucha dedicación por parte de los profesionales que encaminan a los niños en las disciplinas deportivas, lograr automatizar un movimiento requiere mucho trabajo y apuntar a la reiteración. La demostración es sumamente importante para la enseñanza de los movimientos, desde el movimiento más sencillo hasta la complementación del mismo para generar armonía en el comportamiento corporal.
Tani señaló que "los chicos especiales tienen su periodo de adaptación al igual que los convenciones, a lo mejor tarda un poco más”.
“El trabajo del docente se basa de mucha paciencia porque ellos aprenden todo a través de la repetición. Hoy le enseñaste que el elemento se tira así y la próxima clase no recuerdan lo que les enseñaste, todas las clases es empezar de nuevo hasta que adquiera la técnica y hasta que mecaniza los movimientos. Y ahí entra la exigencia del docente, que cuando lo hace bien empiece a incorporarle nuevos movimientos", remarcó, y concluyó: "El docente se debe poner en una postura donde no demuestre debilidades porque es de la manera que puedo exigir y que ellos aprendan. Es importante que en los grupos haya atracción hacía el deporte para que el trabajo sea más viable".
Una parte primordial durante la generación del hábito deportivo se aloja en evitar el cansancio. Las personas con Síndrome de Down son más propensos a presentar estados de fatiga con más frecuencia debido a un factor muy importante como mantener la atención. El joven se puede manifestar tratando de poner fin a la actividad desde la negatividad o directamente no emitir respuestas ante las demandas. En el tema de la atención resulta básico la conexión con el docente, éste conociendo a sus aprendices puede generar conectores a través del habla, de señas o gestos en el momento de las distracciones para lograr corromper esa inestabilidad.
En ese sentido, Tani indicó: "Más allá de que la repetición sea fundamental, cuando vos llevas tres veces por semana al chico a que practique el deporte cuarenta minutos o cincuenta minutos, también llega un momento en que se cansa por eso debe haber períodos de descansos. Porque también tiene que ver la cantidad de tiempo con la atención y el aprendizaje. Llega un punto que el atleta se satura, los periodos de descanso hay que respetarlos. Se van poniendo las consignas a medida de lo que se vaya aprendiendo. Un ejemplo básico, yo no puedo hacerle levantar una pesa de diez kilos a alguien que todavía no levanto una de un kilo, acá es lo mismo". Luego recalcó que "la concentración hay que enseñárselas también, no es innato y sobretodo hay que hablarles de igual a igual".
Genéticamente se puede hablar de aptitudes que presenta cada persona para la práctica deportiva y eso concierne a los convencionales y a los especiales. La genética permite una predisposición idónea que desarrolla un grado de facilidad en el momento de la aprehensión. "Más allá de la estimulación, la genética es muy importante para el desarrollo deportivo, tengas Síndrome de Down o no. Ellos tienen movimientos parecidos, en su andar, su caminar. Algunos pueden resultar más ágiles por las prácticas deportivas. La postura, los rasgos y los hombros caídos, la cabeza hacia abajo y la falta de postura significa que no hubo estímulo", consideró Patricia Feito, quien indicó: "La pasión por el deporte es importante porque como a todos cuando nos apasiona algo aprendemos más rápido".
La práctica deportiva se puede esquematizar dependiendo de los objetivos que se intenten alcanzar. El deporte amateur se puede abordar como una forma de inducir al joven en un ámbito que a través del divertimento le permite desarrollar capacidades físicas e intelectuales. En esta forma de abocarse al deporte permite al individuo generar una situación de ilusión y conformidad con sus alcances. Las reglas no contienen esa rigidez que si se haya en la competición. El amateurismo dentro del deporte es la formación natural del deportista, en la que se genera y construye a sí mismo, si bien el niño no cuenta con esa necesidad espontánea de la práctica, a través de un plan más distendido se logra suplantar. Los deportes formativos comienzan desde la niñez hasta la adolescencia, y se comienza a practicar una disciplina con horarios curriculares establecidos. Los juegos siempre son una parte muy importante para la formación educativa, sobre todo en la parte de la niñez. La adecuación de un plan tiene dos vértices, el primero es la adaptación del deporte a las posibilidades y por otro lado los planes de educación convencional como punto de inclusión.
"Hay que recalcar que el deporte es muy importante, para todas las personas -indicó Tani-. Pero en los chicos sea la condición que tengan es bueno porque el deporte es disciplina. Entonces al ser disciplina, se conocen de horarios, se conocen de técnicas, se conocen de deportes, reglamentos. Eso es lo importante, el deporte es disciplina".
En la competencia, el deporte adaptado se diferencia por la reglamentación que se rige por especificaciones básicamente centradas en el tipo de discapacidades. Aquí se desarrollará el mayor potencial individual posible para alcanzar la superación y la sensación de éxito. Como en todo proceso las metas son importantes, pero más importan es fijar objetivos reales. "Muchas veces se busca que el chico gane porque lo queremos ver protagonista, pero a través de un plan adecuado te das cuenta que eso no siempre es posible", señaló Feito, quien también comentó: "En las competencias se busca que el chico se sienta cómodo, el trato es como hacia los atletas convenciones, hay recibimientos, se los aloja en hoteles. Se busca que vivan esa experiencia".
Las competencias deportivas para discapacitados les permiten participar a todos los atletas, desde el de menor condición hasta el más completo. Esto es importante desde el punto de vista de la estimulación personal para trabajar la capacidad de reconocimiento hacia uno mismo y el reconocimiento dentro de la sociedad. La difusión que tiene el deporte dentro de la comunidad permite a las personas con Síndrome de Down crecer internamente por la aceptación. Analía Tani contempló que "en el deporte para discapacitados ganan todos, hay un reglamento específico en el que se aclara que deben ganar todos”, que “las competencias nacionales e internaciones son cada dos años” y que “todos ganan, del primero que sale en una carrera hasta el último que llegó, todos se llevan premios".
Dentro del ámbito competitivo es fundamental que los planes deportivos sean regulados por profesionales con preparación específica y con experiencia, debido a que demandan exigencias físicas de niveles más altos. "Es importante realizar un testeo de los atletas, conocer sus cualidades y agruparlos dependiendo sus capacidades", afirmó Feito.
Es necesario contar con conocimiento sobre patologías que afecten a los atletas, como por ejemplo problemas cardíacos. El trabajo requiere de un compromiso compartido, desde los formadores de atletas, los cuerpos médicos que trabajan a disposición, los organismos encargados de las competencias. Todo debe circular en armonía para que haya éxito.
Tener la posibilidad y la capacidad de impartir conocimiento emerge una gran responsabilidad sobre todo al trabajar con niños o jóvenes con discapacidades. En el arte de enseñar, el maestro imparte poniendo lo mejor de sí para potenciar las cualidades de sus aprendices. El deporte es una bondad constante, en el cual se entabla una relación dependiente entre los conocimientos y la aplicación de los mismos, alimentar el lenguaje corporal y permitirles a las personas especiales manifestarse con libertad a través de la ejecución de los movimientos. Armonizar lo intelectual con la motricidad. La maquinaria humana es idónea para reemplazar los déficit con el reconocimiento de las cualidades. El deporte es salud e inclusión, las esperanzas, los sueños y la superación se manifiestan en todos los individuos de la misma manera. La naturaleza del hombre está diseñada para sobrevivir, los recursos siempre están, sólo que hay que saber potenciarlos.
"Yo he trabajado con grupos especiales con Síndrome de Down y también con otras patologías, te divertís porque ellos se equivocan y no les importa, no existe ese pensamiento de ser mejor que el otro. Ellos lo que pueden lo hacen, lo importante es divertirse y ese es el razonamiento, te enseñan a vivir", finalizó Tani.

No hay comentarios:

Publicar un comentario