martes, 8 de septiembre de 2015

Fútbol Regional

“Amor, Pasión y Satisfacción”

(Por Franco Camiscia)
 
 

En la historia de la Liga Interprovincial han pasado diversas figuras futbolísticas, pero la que sigue vigente es la del defensor Carlos Rindislibacher, jugador de Carlos Dose, actualmente con 39 años y activo en el club de sus amores, donde transmite toda su experiencia hacia los pibes que vienen peleándola de abajo. Sus inicios en el fútbol fueron a los cuatro años, precisamente en Carlos Dose, porque su padre le inculcó que jugara al fútbol. Su director técnico era Daniel “Coita” Santamarianova. Sobre su futuro futbolístico en algún equipo de primera división contó que no pudo llegar a ningún club y además se sinceró: “En esa época era difícil tener la posibilidad de llegar a clubes de primera, pero tuve la suerte de jugar dos mundialitos con Colo Colo y Antofagasta de Chile. Perdimos en la semifinal contra River de Montevideo en la cancha de Huracán de Chabás. En ese momento el técnico era Hugo del Carlo de Firmat y mis compañeros eran Adrián Santamarianova, Hernán de Marco, Martin Altimir, Diego Amaya, Juan Marcelo Rindislibacher, Mariano Falcone, Ramón López, José Luis Gandolfo, Alfredo Siliberto, Damián Tonello, Anibal Quiroga, Daniel Ciaralli, Laureano Falcone y Claudio Asencio”.

Sobre su llegada a la primera división en Carlos Dose el defensor conto “Mi debut fue a los 15 de la mano del “Chato” Altimir. “Cuando volvimos en el 2013, contra Cafferata de visitante, iban 85 minutos del segundo tiempo, me acuerdo como si fuera hoy (risas), tiro libre de Ciccone, rebota en la barrera, le queda a Eliano Colonna, hace una media chilena y cuando los defensores de Cafferatense salían del área grande me queda la pelota picando y le pego fuerte cruzado al ángulo”, contó Carlitos sobre su primer gol en primera división. Además agregó: “No puedo explicar la alegría mía y la de la hinchada, era el primer punto después de 10 años”.

Hoy por hoy es el jugador más grande de edad que jugó en la Liga Interprovincial. Con sus 39 años el defensor soltó: “Me siento orgulloso, tener a esta edad la posibilidad de estar jugando todavía, de jugar con compañeros que ya había compartido y otros mucho más chicos, de que mis hijos vayan a verme los domingos a la cancha y de terminar mi carrera en mi club, es impagable”.

De larga trayectoria, “Bacher” jugó en otras ligas y otros clubes como Deportivo Beravebú, Sporting de Bigand, 25 de Mayo de Godeken, Federación y Huracán de Los Quirquinchos y Miguel Torres. Pero para Carlitos, estar ligado a Carlos Dose significa “amor, pasión y satisfacción”.

Además de ser el jugador más grande de la liga y del club, Rindislibacher dirige las inferiores de Carlos Dose, donde hoy por hoy le toca ser el director técnico de su hijo. Al respecto, agregó: “No sé cómo explicarlo, verlo jugar en el mismo club que yo arranqué y juego hoy en día, dirigirlo los sábados, darles prácticas y enseñarle lo que sé es una alegría enorme, y ni decir cuando lo vi hacer su primer gol, una emoción tremenda”.
 
 
Sobre un 11 ideal Carlos Rindislibacher no titubeó y declaró sus jugadores preferidos: “En el arco Ezequiel Santamarianova, en la defensa de 2 Jorge Herrera, de 3 Maxi Cinalli, de 6 Marcelo Serafini y de 4 yo (risas); en el medio campo Víctor Calderón de 5, de 8 Hernán Natale, de 10 Eliecer D´amelio y de 7 Raúl Cartabia, y arriba en la delantera de 9 Maxi Ciccone y de 11 Javier Verdugo”. Sobre una anécdota dentro del ámbito del fútbol “Bacher” contó: “Cuando jugaba en Deportivo de Beravebu, con mi gran amigo y compañero Marcelo Serafini, cuando alguien cumplía años comprábamos dulce de leche, lo corríamos y cuando lo agarrábamos se lo poníamos en la partes íntimas y además le agregábamos pasto y tierra. Era un lindo grupo, nos divertíamos muchísimo”.
 
 

 

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